Nuestro cliente nos confió la reforma integral de un piso en primera línea de mar, pensado para disfrutarlo en distintas épocas del año. Su premisa era clara: crear un espacio atemporal, sereno y actual, donde la luz y el mar fueran los protagonistas.
La terraza, con unas vistas únicas, debía convertirse en el corazón de la casa: un comedor al aire libre y una zona de relax donde el tiempo parece detenerse. Cada decisión de diseño, desde los materiales hasta los colores, estuvo guiada por la voluntad de transmitir calma y frescura, integrando interior y exterior en un único ambiente armonioso.
El resultado es un refugio contemporáneo que invita a vivir sin prisas, con el mar como compañía en cada momento.
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