Un piso pequeño en el corazón del barrio de Gràcia de Barcelona. El punto de partida: desarrollar el programa de vivienda solicitado por el cliente, con un reto claro —reubicar el baño para poder encajar dos habitaciones.
Repensamos la distribución, desplazando el baño a una nueva ubicación estratégica y optimizando cada rincón para generar espacios de almacenamiento, un elemento clave en viviendas reducidas.
¿El resultado? Un piso pequeño, pero encantador, funcional y muy acogedor. Una muestra de que, con una buena mirada y una distribución inteligente, no hacen falta muchos metros para crear un hogar con alma.
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