Los propietarios nos pidieron una vivienda que combinara el estilo clásico con la sensación de amplitud de los espacios abiertos. El gran ventanal del comedor, con vistas privilegiadas al Foro Romano, se convirtió en uno de los puntos de partida fundamentales a la hora de proyectar los nuevos espacios.
Diseñamos una cocina semiindependiente con conexión visual al comedor, lo que permite disfrutar de la luz natural y de la continuidad visual, sin renunciar a la funcionalidad. A pesar de algunos obstáculos por el camino, conseguimos dar forma a un piso que refleja fielmente lo que los clientes imaginaban: un espacio luminoso, elegante y práctico.
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